Hoy nunca saldrá el sol
cerca de ninguna hora,
será de noche
porque lo quiero,
y lo necesito tanto
que duele Lucifer.
Quién sabe si el ocaso
me traerá la obscura luz
si mi paroxismo
cierra la ventana
por no encontrar equidad
a esta locura
que medra a insania.
Quién sabe si mañana
tendré la luz apagada
cuando el mundo se levante,
qué harán si no funciona
el interruptor de mi vida,
qué compañía eléctrica
existe en estos casos
y qué harán mis brazos
al cerrarse sin tu alma.